por Lilian Uk y Reno Nasvil

viernes, 21 de julio de 2017



L   I   F  E
(2017)

Daniel Espinosa



Este director sueco nos ha tomado por suecos.
La verdad es que la cosa prometía, pero de promesas no viven los hombres.
¿Quieres ser el Ingmar Bergman del siglo XXI o un Tarkovski tamizado
o ya puestos, el Ridley Scott de Alien (1979) mezclado con el Alfonso Quarón 
de Gravity (2013)? ¿o todo a la vez? Porque, aunque en principio parece ser
una apuesta distinta, un enfoque más humanista de lo desconocido y tal cuál,
Life, ese truño sideral, se convierte muy pronto en lo que nunca debió salir del
culo del señor Espinosa. Hablamos de un parto malogrado, una peralta de tamaño
colosal, pues el pastiche va mucho más allá dela influencia y el copy paste
a que se dedica este joven cineasta, aún no tiene expliación.
Parece que en Hollywood se esta terminando el ingenio, aunque sea ese espectacular
con el que han seducido a medio mundo con sus espasmos, su violencia y su
arte libidinoso. Todo lo que viene de fuera, no puede ser tan malo como nosotros.
Como dice el personaje de Gyllenhall desde la estación espacial: 
"prefiero quedarme aquí y no volver a bajar junto a esos ocho mil millones de hijosdeputa".
La cosa es que Espinosa ha hecho un poco el hijoputa en esta película
y no nos ha dado más que mierda pura envuelta de estrellas.
Lo que hay que hacer es dejar de estar todo el día viendo pajas en youtube
y dedicarse a crear películas que al menos tengan un mínimo de dignidad y 
si no es mucho pedir, algo personal, una brizna de intención.
Hasta la vista Espinosa, cuídate por que lo vas a necesitar.
Life o cómo ahogarse en un vaso de agua.











La historia de Marie y Julien
(2003)

Jaques Rivette




Rivette, Rivette a la deriva.
Dicen que algunos cineastas, en sus últimos años, hacen sus mejores películas.
No es este el caso, ni mucho menos.
Un relojero trastornado, una chalada puesta de bottox hasta las trancas
y un argumento psicológico llevado hasta el paroxismo, o lo que es lo mismo,
hasta la vergonzosa exageración del vacío.
Rivette siempre jugó con la idea del vacío en sus películas, con la idea
de que detrás del argumento que contaba, no había realmente nada.
Es por eso que su cine es puramente nihilista y de cartón, pues teatraliza
la vida como para darle un sentido cuando lo que realmente consigue
es robárselo por completo.
Sus mejores películas como El amor loco (1969), Out 1 (1871), El amor por tierra (1984) 
o Cumbres borrascosas (1985) juegan en esa fina línea entre la obra maestra o la pifia.
Su escepticismo no se cura con los años, su producción tiene una tendencia decadente
sin posibilidad alguna de remontar el vuelo.
Ciertos cineastas deberían haber dejado de hacer cine cuando eran jóvenes,
señor Rivette.
Una paja es una paja.


sábado, 8 de julio de 2017



LA TÍA TULA
(1964)

Miguel Picazo




Drama colgado de una rama.
¿Por qué se insiste en defender lo infructuoso?
Aburrida, incoherente, simplona.
Tal vez Unamuno, sin tener idea de hacer cine, la hubiera hecho mejor.
Habría que leerse la novela...
Caduca.
La protagonista es una monja encubierta.
No cae bien al personal.
El cine español vive y vivirá de excepciones, pero nunca
de este tipo. Nunca.
No es una buena película, por mucho que se empeñen los historiadores de piñón fijo.
Prescindible.