por Lilian Uk y Reno Nasvil

jueves, 24 de marzo de 2016




SYMPATHY FOR DELICIOUS
(2010)

Mark Ruffalo


Mark me cae simpático y es un actor peculiar, pero como cineasta es un auténtico desastre.
Desde la elección del argumento, hasta la creación de los personajes... todo acaba siendo un circo donde una tontería supera a la siguiente: Orlando Bloom haciendo de Jim Morrison, Juliette Lewis haciendo el ridículo -como casi siempre-, el protagonista es una especie de Jesucristo y para rematar, aparecen dos personajes de El show de Truman: su neurótica mujer reconvertida en productora-tiburón y su amiguito de borracheras, en modo paralítico-optimista. 
Plantel total.
Apocalipsis Now.
Nadie entiende qué quiere transmitir el señor Ruffalo con todo este embrollo.
Si le sirve de consolación, está más que comprobado que el fenómeno de actor-director acaba siendo un fracaso total y como mucho un fraude caprichoso; ejemplos prestigiosos son el de Jack Nicholson -Drive, he said (1971)- o el de Anthony Hopkins -Slipstream (2007)-. Son obras muy innecesarias, muy confusas, muy insustanciales. Interpretart una película no es igual que hacerla.
George Clooney y Clint Eastwood están en las mismas, pero a ellos la crítica les ha aplaudido sus mierdas empapeladas.
Curry vietnamita.
Aviso para cualquier actor: el cine es una cosa muy delicada.


miércoles, 16 de marzo de 2016




IN THE HEART OF THE SEA
(2015)

Ron Howard



Ron, ron, ron, una botella de ron.
Es difícil hacer aburrida una historia como la de Melville, pero se puede.
Es difícil hacer tan poco creíble la hambruna de in dios tan poderoso como Thor, pero se puede.
¿Se puede ser un chico prodigio de Hollywood y acabar haciendo una chorrada de este calibre? Se puede.
Incluso sale el amigo de William Wallace que tira piedras, pero ni así. 
Ni ballena, ni emoción, ni borrachera; una película hecha en cinco minutos, de hecho, es muy dudoso que Ron Howard se haya leído la popular novela, incluso, ante tal desbarajuste somnoliento, a uno le da por pensar si al director de Una mente maravillosa o Cocoon, tal vez se le ha olvidado leer.
Todo es posible en Hollywood, sobretodo, lo peor.
Resaca total.
Resacón en las Vegas 4500.
Desastre nuclear.







JUPITER ASCENDING
(2015)

Wachowski Bros.



Pero, ¿qué cojones es esto? Una aventura planetaria donde se quiere fundir Star Wars, Star Treck, Armagedon, Stargate, Jurasic Park y El quinto elemento por nombrar algunos de los innumerables ingredientes fusilados, para crear este hiperpalimsesto de postproducción chatarrera y sin gusto.
Los creadores de The matrix, no sólo refunden el imaginario fílmico de sus compatriotas contemporáneos, sino que se atreven a triturar todos los estilos estéticos, la moda, Roma, Grecia, la Edad Media, el Barroco, el Renacimiento y por supuesta lo virtual como piedra de toque sobre lo que gira un argumento más flojo que la paja avena. Cazadores de genes, guardaespaldas intergalácticos, Boromir, una protagonista insulsa y desafortunada, un licántropo albinoa, un archienemigo ridículo y vergonzoso, en definitiva, un tedioso videojuego sin gracia, ni emoción, lleno de ambiente digital a espuertas; precipitado y débil, sin un solo frame de talento: una polla boba, un mix sin sentido.
Por cierto, me gustaría que alguien me explicara por qué la moto voladora de la china sólo avanza a tres por hora y dónde cojones venden los patines del protagonista, porque la verdad, sirven para todo.