por Lilian Uk y Reno Nasvil

miércoles, 5 de noviembre de 2014


Harry e hijo
(1984)

Paul Newman




¿De qué trata esta película? Contando con que no hay un argumento sólido, ni hay una historia clara y ni siquiera un personaje creíble, ¿cómo entender este desbarajuste? No podríamos decir que es una peli aburrida pues posee una naturaleza totalmente caótica e increíble, lo cuál le confiere una atmósfera casi experimental; creemos, debería estar en los videoclubs al lado de películas como Wanda Nevada (1979) o Sharknado (2013). Da la sensación que faltan escenas, pues los personajes tienen prontos de ira o de alegría sin ningún motivo. No hay una evolución psicológica, sino una evolución esquizofrénica. Por ejemplo: el hijo gasta todos sus ahorros en una chaqueta y cuando se la regala a su padre, la respuesta de este es echarle de casa; en otra ocasión el padre se comporta como un loco cruzando toda la ciudad y yendo a la playa simplemente para decirle a su hijo que es un hijodeperra por haber dejado una cerveza abierta en la nevera, mojándose los pantalones hasta la cintura. Aunque se llame Harry e hijo, esta película no va sobre la relación de un padre y un hijo exactamente, sino de un hijo que parece querer follarse a su padre montando cenas con velitas para dos o besándole en la boca en la escena final. La latencia homosexual que se percibe a lo largo del film es algo obvio e incoherente, a pesar de las carambolas sentimentales que se barajan en la pintoresca trama: él se quiere follar a su padre pero está enamorado de su novia, que es una pilingui de cuidado embarazada de otro y que después de parir en un taxi, se va a vivir con él, pasando por alto el detalle de que el bebé es de Perico el de los Palotes. O sea, el chico se convierte en un padre putativo y gay, surfista, que se gana la vida limpiando coches semidesnudo y escribiendo novelas que consigue vender por 500 dólares. Lo de su faceta de escritor tiene tela: le vemos teclear en una máquina de escribir metido en un jacuzzi de madera (obviando que él y su padre están arruinados), encontrando sus más brillantes argumentos en los ridículos escándalos que provoca en cada uno de los trabajos en los que es contratado; el espectador no entiende la razón por la cuál los consigue y todavía menos, porqué las lía pardas por el único motivo de conseguir un inexistente argumento para una de sus nuevas novelas. Una de las mejores cosas de esta película es la aparición fugaz de un jovencísimo Morgan Freeman; percibimos que es joven porque lleva una especie de rasta a lo Sonic, porque si fuese por su cara, bien podríamos afirmar que esta película es de hoy mismo. Otra cosa que no podemos dejar de comentar es la extraña aparición de una lujuriosa secretaria que se excita con el sonido del disparo de una cámara de fotos y que protagoniza una escena digna del mismísimo Benny Hill, aunque dudamos de que al gran Benny se le podría ocurrir algo tan brillante. Para rematar, al final de la película, Paul Newman descubre que tiene un glándula sexual sobre la nuca que en teoría le convierte en un gran amante e incluso se atreve a llamar ninfómana a la mejor amiga de su esposa muerta, porque la de ella es incluso más grande. La escena de seducción que parece que va a terminar con un polvo de sexagenarios, termina sin saber cómo, con Paul Newman tumbado en el suelo, más tieso que la mojama.




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