por Lilian Uk y Reno Nasvil

jueves, 24 de marzo de 2016




SYMPATHY FOR DELICIOUS
(2010)

Mark Ruffalo


Mark me cae simpático y es un actor peculiar, pero como cineasta es un auténtico desastre.
Desde la elección del argumento, hasta la creación de los personajes... todo acaba siendo un circo donde una tontería supera a la siguiente: Orlando Bloom haciendo de Jim Morrison, Juliette Lewis haciendo el ridículo -como casi siempre-, el protagonista es una especie de Jesucristo y para rematar, aparecen dos personajes de El show de Truman: su neurótica mujer reconvertida en productora-tiburón y su amiguito de borracheras, en modo paralítico-optimista. 
Plantel total.
Apocalipsis Now.
Nadie entiende qué quiere transmitir el señor Ruffalo con todo este embrollo.
Si le sirve de consolación, está más que comprobado que el fenómeno de actor-director acaba siendo un fracaso total y como mucho un fraude caprichoso; ejemplos prestigiosos son el de Jack Nicholson -Drive, he said (1971)- o el de Anthony Hopkins -Slipstream (2007)-. Son obras muy innecesarias, muy confusas, muy insustanciales. Interpretart una película no es igual que hacerla.
George Clooney y Clint Eastwood están en las mismas, pero a ellos la crítica les ha aplaudido sus mierdas empapeladas.
Curry vietnamita.
Aviso para cualquier actor: el cine es una cosa muy delicada.


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